¿Por qué la reciente reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia es una vulneración al orden constitucional en Venezuela?
En enero de 2022 fue promulgada una reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia que ha significado una nueva vulneración al orden constitucional y democrático en Venezuela. Esta reforma legal, entre otros aspectos, redujo el número de magistrados de dicho Tribunal de 32 a 20 integrantes, lo cual fue aducido como pretexto para emprender una supuesta renovación en el máximo órgano judicial.
Es conocida la maniobra de ampliar el número de jueces, que en varios países ha sido ensayada o llevada a cabo por la mayoría gobernante para doblegar o capturar políticamente a una Suprema Corte. Se intentó en los Estados Unidos en 1937. Se hizo en la Argentina de Menem en 1990, esta vez sí logrando la expansión, dando lugar a la llamada “mayoría automática” progubernamental en esa alta instancia judicial. En Venezuela el oficialismo acudió a esa práctica en 2004-2005, al aumentar el número de magistrados de 20 a 32, con el fin de recuperar la hegemonía sobre el Tribunal Supremo de Justicia, que se había visto en parte resquebrajada desde 2002. Pero recientemente fue revertido ese incremento y se volvió a los 20 integrantes. Con apoyo en la reforma legal, se inició un proceso que conduciría a la elección de todos los magistrados y sus suplentes.
¿Qué justifica esta última modificación en el número de miembros del Tribunal? ¿Cómo explicar que esa reducción se haya presentado como un paso hacia la reestructuración del Tribunal Supremo de Justicia y del poder judicial? Estos interrogantes no han recibido una respuesta jurídica atendible desde las esferas oficiales. Tal reducción hubiera podido tener sentido constitucional como parte de un proceso de auténtica rectificación, fruto de negociaciones hacia la democracia, en las cuales se hubiera acordado elegir un Tribunal Supremo de Justicia cumpliendo estrictamente la Constitución y dejando sin efecto previas decisiones legislativas y designaciones que se realizaron al margen de la Constitución. Pero nada de esto ha ocurrido. El gobierno emprendió unilateralmente una revisión de este Tribunal, dirigida no a dar marcha atrás a medidas arbitrarias sino a consolidar y prolongar su subordinación partidista. Se ha especulado que el propósito del gobierno al llevar a cabo la supuesta reforma del Tribunal Supremo de Justicia ha sido mostrar avances en materia judicial en virtud de las investigaciones que adelanta el Fiscal ante la Corte Penal Internacional u otras instancias internacionales. Sin embargo, la reciente designación de magistrados solo puede conducir a dificultar aún más la posición de los órganos del Estado venezolano y de quienes los dirigen ante tales instancias, dada la confirmación de la imposibilidad en que se encuentra la institucionalidad interna para examinar con independencia las denuncias de graves violaciones a derechos humanos o crímenes de lesa humanidad.
En la reforma legal de enero de 2022 se incluyó una disposición final en virtud de la cual quienes ocupaban el cargo de magistrados, sin que hubiera vencido el periodo correspondiente, podían participar en el procedimiento de designación que se convocaría, si aspiraban a continuar en ejercicio de esas funciones. La Constitución establece de manera prístina que los “magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia serán elegidos o elegidas por un único período de doce años” (art. 264), por lo que esa disposición final es abiertamente inconstitucional.
Para burlar la limitación temporal del periodo de los magistrados y la prohibición de su reelección, se introdujo esa disposición, con el objeto de permitir que varios de los miembros del Tribunal pudieran permanecer en sus cargos, por un tiempo mayor a 12 años y, además, entendiéndose que un plazo igual comenzaba a correr a partir de la nueva designación. 12 de los 20 magistrados designados en abril de 2022 ya integraban ese órgano y en relación con algunos de ellos estaba próximo a vencer ese periodo de 12 años. Con esta renovación, no de magistrados sino de sus periodos, y con la designación de otros miembros en el Tribunal, el gobierno se procuró un órgano judicial leal para un nuevo periodo de 12 años, pretendiendo con ello suprimir las oportunidades de elección de magistrados que hubieran correspondido a la sociedad organizada y a futuras Asambleas Nacionales, a medida que fueran venciendo los periodos de quienes lo conformaban hasta abril de 2022.
Todo esto es evidentemente inconstitucional. La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, al conocer de dos impugnaciones contra la reforma de la citada ley orgánica, desestimó expeditivamente los recursos interpuestos. Al abordar los alegatos referidos a la inconstitucionalidad de la mencionada disposición final, que permitió la reelección de magistrados, y a la remoción indirecta de magistrados que habría significado la reforma legal, dicha Sala afirmó insólitamente que se estaba impulsando un: “…proceso de reestructuración que se inicia con la reforma de la ley que regula este Alto Tribunal producto de circunstancias sobrevenidas, no previstas por el constituyente originario de 1999”.
Tales hechos consistirían en “la situación internacional de acoso y bloqueo con fines de aislamiento y caotización institucional a la cual ha sido sometido unilateralmente el Estado por una serie de países y organizaciones internacionales que conforman el Bloque Atlántico”. Se añadió que: “No podía el constituyente de 1999, prever este escenario geopolítico conflictual que ha afectado directamente el funcionamiento del Estado de Derecho y el Bienestar Común de la ciudadanía, a este evento no escapa el Sistema de Justicia. De allí que, los altos organismos estratégicos del Estado venezolano hayan diseñado políticas generales que se adecuan a las circunstancias que se enfrentan coyunturalmente en el modelo de gestión pública, en especial del Sistema de Justicia y que proyectan una nueva etapa de transformación y reinstitucionalización del Estado, con estricta sujeción al modelo de Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia” (sic). La Sala concluye que: “De lo que se trata, es de responder excepcionalmente ante eventos sobrevenidos a los tiempos constituyentes originarios”, y que “con esta reestructuración del Tribunal Supremo de Justicia debe entenderse que se inicia ese único período…”.
Según esta decisión judicial, hay que asumir la reducción de magistrados prevista en la reforma legal como la determinación del legislador de acometer una “reestructuración total” del Tribunal Supremo de Justicia, lo cual encontraría asidero en las señaladas circunstancias sobrevenidas y justificaría prescindir de lo establecido en la Constitución. Esto implica negar completamente su supremacía y fuerza normativa, pues las Constituciones, por su generalidad y vocación de permanencia, pretenden regir precisamente para situaciones no pensadas, frente a las cuales el Estado de Derecho exige someterse a la juridicidad. Es inaceptable que un órgano jurisdiccional admita que, cuando las circunstancias lo aconsejen, puede dejarse de lado la Constitución, en un tema además tan propio de la esencia de la jurisdicción como lo es el de la independencia judicial. Más grave aún es que para fundamentar este desafuero se invoquen las “políticas generales” fijadas por los “altos organismos estratégicos del Estado venezolano”. ¿Dónde queda la Constitución, los instrumentos internacionales de derechos humanos y la separación de poderes cuando los altos organismos estratégicos del Estado venezolano, es decir, las instancias políticas o de gobierno, pueden, sin control alguno, decidir salirse del marco constitucional para tomar las medidas que estimen necesarias ante situaciones especiales?; sin entrar ahora a comentar la explicación, apegada a la tesis oficialista, que hace la Sala sobre lo que sucede en Venezuela. Resulta cínico adicionalmente que se argumente todo esto cuando no ha habido ninguna “reestructuración” sino más bien una consolidación de lo que teníamos.
Esta pretendida reestructuración se está concibiendo como el primer paso para una completa renovación del poder judicial, con selección y nombramiento de todos los jueces del país. Ya sabemos lo que es una “renovación” en el actual proceso plagado de artificios continuistas. Hay que hacer todo lo posible para que no se repita en todo el poder judicial lo que ocurrió con el Tribunal Supremo de Justicia. Un poder judicial tributario de la captura política de este alto tribunal seguirá siendo incapaz de proteger los derechos humanos y de ofrecer una verdadera administración de justicia.
Citación académica sugerida: Casal, Jesús María. Cuando la Constitución sucumbe ante la política: la reciente designación de magistrados en el Tribunal Supremo de Justicia venezolano, Agenda Estado de Derecho, 2022/05/31. Disponible en: https://agendaestadodederecho.com/la-reciente-designacion-de-magistrados-en-el-tribunal-supremo-de-justicia-venezolano/
Palabras clave: independencia judicial, magistrados, Tribunal Supremo de Justicia, Venezuela
Jesús María Casal Hernández es Abogado Summa Cum Laude de la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas/Venezuela) y Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Postdoctorado de Investigación en el Instituto Max Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional (Heidelberg/Alemania). Profesor de Derecho Constitucional y Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica Andrés Bello. Es Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
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Abogada colombiana, LLM en International Legal Studies por la Universidad de Georgetown y Máster en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante. Es candidata a Doctora en Derecho por la Universidad de Georgetown. Actualmente se desempeña como Directora Asociada en el O'Neill Institute for National and Global Health Law y es docente en la Universidad de Georgetown y en programas de especialización y maestría en diversas universidades de América Latina. Anteriormente trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde tuvo varios cargos, principalmente como Coordinadora de la Sección de Casos a cargo de la etapa de fondo y del litigio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Es profesora ayudante e investigadora predoctoral en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Tiene un Máster en Democracia y Gobierno, y un Máster en Gobernanza y Derechos Humanos, ambos de la UAM. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Lab Grupo de Investigación en Innovación, Tecnología y Gestión Pública de la UAM. Su tesis doctoral aborda la relación entre género, tecnologías y sector público, con un especial énfasis en la Inteligencia Artificial. También ha publicado sobre innovación pública y colaboración entre administraciones públicas y ciudadanía. Formó parte del equipo editorial de Agenda Estado de Derecho desde 2020 hasta febrero de 2022.
Abogada de la Universidad de Chile y Magíster en Derecho Internacional de la Universidad de Cambridge. En el ámbito profesional, se ha desempeñado en el extranjero como asistente legal en la Corte Internacional de Justicia y consultora para la International Nuremberg Principles Academy. En Chile, ha trabajado como abogada para el Comité para la Prevención de la Tortura, y actualmente se desempeña en la División de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Asimismo, es académica de Derecho Internacional Público en la Universidad de Chile. Sus áreas de investigación incluyen el derecho internacional de los derechos humanos, la regulación de la actividad policial y su conformidad con estándares internacionales, el derecho internacional humanitario y el derecho penal internacional.
Ex Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hasta el 5 de octubre de 2020. Abogado y docente uruguayo egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República de Uruguay (Udelar). Actualmente es senior fellow en El Diálogo Interamericano (The Interamerican Dialogue) y consultor en libertades informativas de UNESCO y organizaciones de la sociedad civil. Se desempeña como Secretario de Relaciones Internacionales y Gobierno Abierto del Gobierno de Canelones (Uruguay).
Docente y conferenciasta en el campo de la libertad de expresión y el derecho a la información en prestigiosas universidades, entre ellas American University (Washington), Unam (México), Universidad Carlos III (España), Stanford (California), Universidad del Pacífico (Perú), UBA (Argentina) Universidad Diego Portales (Chile), Udelar (Uruguay) y Universidad de los Andes (Colombia). Periodista, columnista y colaborador asiduo en distintos medios de comunicación.
José Luis Caballero Ochoa es Licenciado en Derecho por el Tecnológico de Monterrey, Campus Chihuahua; Maestro en Derecho, por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España. Diplomado en derechos humanos y procesos de democratización por la Universidad de Chile. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Es académico – investigador en el Departamento de Derecho en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, del que fue su Director por seis años. Actualmente es Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas. Ha participado o participa en diversas comisiones o consejos públicos, ciudadanos y académicos en México, entre los que destacan: el Consejo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; la Junta Directiva del Instituto Federal de la Defensoría Pública; el Comité Consultivo del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el Comité Académico y Editorial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la Comisión de Selección del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, entre otros. Docente en diversos programas académicos en materia de derecho constitucional y derechos humanos en centros de educación superior nacionales, y ponente en congresos y foros académicos especializados en México, Argentina, Brasil, Chile, Guatemala, Colombia, España, Estados Unidos y Perú. Su papel como consultor y especialista ha implicado la elaboración de proyectos de ley, dictámenes técnicos bajo la figura de amicus curiae y peritajes internacionales. Su obra publicada consiste en más de 80 capítulos de libros y artículos en revistas especializadas sobre derecho constitucional, derechos humanos y derecho internacional de los derechos humanos, así como algunos libros en estas materias.
Doctorando en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina); Master en Derecho Penal y Procesal Penal por Osgoode Hall Law School, Universidad de York (Canadá); Diplomado Latinoamericano sobre Reforma Procesal Penal por la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (Chile); Abogado con orientación en Derecho Penal por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Actualmente es el Director de Relaciones Internacionales del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP). Durante 8 años fue el Director del Área de Capacitación del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), organismo internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), creado en 1999 por resolución de la Asamblea General de la OEA, con sede en Santiago de Chile.
Fiscal de la Procuración General de la Nación Argentina. Es abogada por la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió con diploma de honor, Especialista en derecho penal y procesal penal por la Universidad Torcuato Di Tella y Máster en Derecho por la Universidad de Georgetown. Fue becaria de la Fundación Fulbright y perita de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es profesora de Garantías Constitucionales del Derecho Penal Sustantivo y Procesal Penal de la Universidad de Buenos Aires, de Género y Derecho Penal en la Maestría en Derecho Penal de la Universidad de San Andrés y profesora invitada en distintas universidades, de grado y posgrado. Es autora de varios artículos en publicaciones académicas sobre temáticas de género y derecho penal y de garantías constitucionales en el proceso penal.
Abogado, Magíster en Derecho y Posgrado en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por la Universidad de Palermo. Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Responsable del Programa para la Aplicación de Instrumentos de Derechos Humanos del Ministerio Público de la Defensa de la Nación. Integrante de la Red Latinoamericana de Académicas/os del Derecho - ALAS. Fue docente en diferentes universidades de Argentina, e investigador y docente en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile. Sus temas de especialización son Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Acceso a la Justicia y No Discriminación.
Director Ejecutivo de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, contacto nacional de Transparencia Internacional en Ecuador. Abogado y máster en Dirección y Gestión Pública, así como en Acción Política, Fortalecimiento Institucional y Participación Ciudadana en el Estado de Derecho. Fue miembro suplente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador y asesor constitucional en el Consejo de Participación Ciudadana. Fellow del Centro para la Democracia, el Desarrollo y el Estado de Derecho de la Universidad de Stanford. Consultor para organizaciones nacionales e internacionales en temas de derechos humanos, libertad de expresión, acceso a la información, participación ciudadana, transparencia y lucha contra la corrupción.
Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de la República de Uruguay, magíster en Estudios Políticos por la Universidad Metropolitana de Venezuela y licenciado en Comunicación Social por la Universidad Santa María con especialización en Gobernabilidad y Gerencia Política por la Universidad Católica Andrés Bello y The George Washington University. Autor del libro «Venezolanos en el Uruguay» (2019). Trabaja como editor de la plataforma Diálogo Político y coordinador de proyectos del Programa Regional Partidos Políticos y Democracia en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer.
Abogado egresado de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y con un Máster en Economía de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En la actualidad, desempeña el cargo de Editor Asistente en el blog de la International Association of Constitutional Law (IACL) y es Director del área de Estudios Jurídicos en la Fundación Libertad y Desarrollo, un think tank basado en Ciudad de Guatemala. A nivel docente, ejerce como profesor tanto en la Universidad del Istmo como en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Adicionalmente, es columnista para el periódico guatemalteco La Hora. Sus principales áreas de investigación son el derecho constitucional y el derecho electoral.
Vicepresidenta de incidencia y litigio internacional del Robert F. Kennedy Human Rights. Baeyens lidera la estrategia de incidencia legal en derechos humanos de la organización, incluyendo el litigio de casos de alto impacto ante mecanismos de la ONU y sistemas regionales de protección, en temáticas relacionadas con la protección del espacio cívico y la lucha contra la discriminación, violencia e impunidad. Previamente se desempeñó como oficial de asuntos políticos en la ONU y como oficial de derechos humanos en la CIDH, donde también coordinó la Relatoría sobre personas defensoras. Es profesora adjunta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Recibió su título de abogada de la Universidad de Ibagué, Colombia, y su LL.M en derecho internacional de los derechos humanos de la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos.
Juez electo de la Corte Internacional de Justicia, además de profesor y director del Departamento de Derecho Público de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y fundador del Centro de Derecho Internacional (CEDIN) y del Anuario Brasileño de Derecho Internacional. Tiene un máster de la UFMG y un doctorado de la Universidad París X Nanterre, y ha trabajado como jurista adjunto en el CIJ. Ha sido profesor visitante en el Institut des Hautes Études Internationales de la Université Panthéon-Assas Paris II, la Université Caen Basse-Normandie, la Université Paris-Ouest Nanterre la Défence y el Centro Lauterpacht de Derecho Internacional (Universidad de Cambridge, Reino Unido).
Abogado venezolano, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. LL.M. en derecho internacional de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y Magíster en políticas públicas de la Universidad de los Andes, en Colombia. Actualmente se desempeña como asesor legal senior del Centro de Derechos Reproductivos y docente de la Universidad de los Andes. Fue abogado de la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Directora Ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF por sus siglas en inglés) organización regional dedicada a promover el Estado de derecho y los derechos humanos en América Latina. Antes de unirse a DPLF, fue Coordinadora Adjunta de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Comisión de la Verdad de Perú, a cargo de la investigación de graves violaciones de derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado interno en ese país. Previamente trabajó en la Adjuntía para los Derechos Humanos de la Defensoria del Pueblo de Perú y formó parte del equipo legal de la Coalición Contra la Impunidad (Alemania) que promovió el procesamiento penal en ese país de militares argentinos responsables de la desaparición de ciudadanos alemanes durante la dictadura argentina. Katya realizó sus estudios de derecho en la Pontifica Universidad Católica del Perú y de maestría en derecho internacional público en la Universidad de Heidelberg, Alemania.
Experto afiliado al Constitution Transformation Network de la Universidad de Melbourne e investigador asociado de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. Doctor en Derecho por la Escuela de Derecho de la Universidad de Melbourne y una Maestria en Derecho Público e Internacional en esa misma casa de estudios, y una Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar. Tiene experiencia en gobierno, especificamente en negociacion de tratados y convenciones, litigio en instancias internacionales e implementacion de instrumentos en materia de derechos humanos, y como consultor para organismos financieros internacionales.
Candidato a doctor por la Facultad de Derecho de la Universidad de Ottawa (Canadá). Director de la Clínica de Derechos Humanos del Centro de Investigación y Enseñanza en Derechos Humanos (HRREC) y profesor de la Sección de Derecho Civil de la Universidad de Ottawa. Anteriormente trabajó en la Comisión Andina de Juristas, el Tribunal Constitucional y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Perú. Sus áreas de investigación son el Sistema Interamericano, Empresas y Derechos Humanos, Derecho Penal Internacional, TWAIL y libertad académica. Integrante del Grupo de Estudios Latinoamericano sobre Derecho Penal Internacional de la Fundación Konrad Adenauer.
Es abogada por la Universidad San Francisco de Quito, y tiene un LL.M. por el Washington College of Law de American University, con enfoque en Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Es candidata para el título de Doctora en Derecho por la Universidad Externado de Colombia. Ha trabajado como especialista en la Relatoría Especial para la Libre Expresión de la CIDH, Fundamedios y la Dirección Nacional de DDHH en Ecuador. Actualmente, es Directora del Observatorio de Derechos y Justicia de Ecuador, docente en la Universidad Internacional del Ecuador, y socia fundadora de Gentium Law Consultores.
Abogada costarricense, Máster en Derecho Internacional y Resolución de Conflictos por la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas. Actualmente se desempeña como Directora Legal para América Latina en Women’s Link Worldwide, desde donde ejerce como estratega legal, líder de iniciativa y abogada litigante, con una gran responsabilidad para diseñar y liderar complejos proyectos legales, asimismo, es docente en la Universidad para la Paz, y en diversas universidades de Costa Rica. Anteriormente trabajó en el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) como Directora del Programa para Centroamérica y México, en la Secretaría General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y como consultora internacional. Marcia se especializa en el litigio estratégico con enfoque de género e interseccional.
Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en Derecho Constitucional por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Madrid). Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Guerrero (México). Es Investigador Nacional nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, México). En representación de México es miembro del Grupo de Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales del Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer.