Como parte de una serie de ataques al poder judicial, en México se aprobó una reforma a la ley de amparo que limita las facultades de este poder del Estado.
“Cada siglo tiene su Edad Media” afirmaba el escritor polaco Stanislaw Jerzy Lec en una postura beligerante y crítica contra las manifestaciones autocráticas de aquellos gobiernos que pretendían someter las libertades inherentes de la sociedad a las pretensiones de un poder político unilateral.
Frente a esta máxima se encienden las alarmas de aquellos Estados democráticos de derecho que, en la primavera del siglo XXI, comienzan a degradarse gradualmente —por no decir aceleradamente— con motivo de ataduras prejuiciosas de grupos o movimientos políticos que buscan acotar los espacios de realización de las funciones jurisdiccionales y de protección de los derechos humanos, las cuales tienen una encomienda pública sustancial de contención de la arbitrariedad del poder ejecutivo.
Entre las funciones jurisdiccionales que establecen un límite a los abusos provenientes de las decisiones institucionales tanto de los poderes ejecutivo como legislativo —incluyendo también al judicial—, encontramos la instauración de recursos efectivos que protejan individual o colectivamente a las personas cuando sus derechos se vean conculcados.
La protección judicial constituye no sólo una obligación jurisdiccional, sino también un derecho que se encuentra reconocido a nivel constitucional y convencional. Por ejemplo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos —en lo sucesivo CADH—establece como garantía fundamental la interposición de recursos sencillos, rápidos y efectivos ante aquellas violaciones a nuestros derechos que sean perpetradas por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales —artículo 25—.
Por lo tanto, el derecho a un recurso ante acciones u omisiones provenientes de funciones oficiales implica asociarlas con labores de carácter heterogéneo, es decir, administrativas, legislativas y judiciales. Cuando una persona agente del Ministerio Público prohíbe a una víctima proponer actos de investigación para esclarecer los hechos victimizantes, esta tiene la posibilidad de inconformarse por esa omisión o negligencia a través de recursos ordinarios que establece la legislación procesal penal.
Así también en casos en que una autoridad jurisdiccional emite una resolución que se considera violatoria de derechos humanos, puede ser objeto de un recurso como la apelación.
En el mismo sentido, al considerar que los resultados del trabajo legislativo trastornan la vigencia u observancia de determinados derechos —v.gr., la salud, la seguridad social, la seguridad ciudadana, el medio ambiente, entre otros— tenemos la posibilidad de reclamar su sujeción a los órdenes constitucional y convencional que deben imperar en un Estado democrático. Un caso concreto lo observamos con el juicio de amparo en México, el cual puede proceder contra normas generales como leyes o reglamentos que causen un perjuicio directo o colectivo a las personas.
A propósito del último escenario, el amparo constituye un mecanismo idóneo para suspender los efectos y consecuencias que traigan consigo algunas normas. En ese sentido su concesión no solo impacta en la esfera jurídica de la persona quejosa, ya que, si la aplicación de una ley o reglamento afecta bienes jurídicos de manera colectiva o que son de interés público, la medida suspensional podría ser de carácter general.
Por ello, cuando los intereses perniciosos de regímenes políticos se confrontan con los principios básicos de un Estado democrático, el derecho a un recurso efectivo comienza a desdeñar desde las más altas esferas del poder político, implementando una narrativa de polarización que, en numerosos casos, se asume como la voz y espíritu de la sociedad.
No es extraño que en algunos países de la región latinoamericana los poderes ejecutivos pretendan condicionar la labor de las instituciones legislativas y a partir de ahí direccionar reformas que impactan sobre un valor esencial de la democracia, esto es, la independencia judicial, sobre todo cuando sus proyectos no se ven colmados debido a una evidente incompatibilidad con la obligación que han jurado respetar, esto es, la protección y respeto de los derechos humanos de todas las personas.
En el Estado mexicano este tipo de ataques al poder judicial no ha sido la excepción, e infortunadamente se recrudecen con la recientemente aprobación general de las reformas a los artículos 129 y 148 de la Ley de Amparo por parte de la Cámara de Diputados, cuya justificación suscribe, entre otros argumentos, lo siguiente:
en la actualidad el Poder Judicial se ha excedido en sus facultades transgrediendo el principio de separación de Poderes, de forma discrecional y sin una debida ponderación en perjuicio de la ciudadanía. Por ejemplo, han dictado la suspensión de forma desproporcionada y sin límite para obras estratégicas del gobierno, que son para beneficio del pueblo, protegiendo los intereses transnacionales por sobre los intereses del pueblo.
Con este tipo de reformas legislativas se pretende transgredir la independencia judicial mandando una presión inequívoca desde el poder ejecutivo como autor mediato para la consecución de sus fines, por eso, tal y como lo señalan los Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial, la judicatura debe ejercer este requisito:
partiendo de su valoración de los hechos y en virtud de una comprensión consciente de la ley, libre de cualquier influencia ajena, de instigaciones, presiones, amenazas o interferencias, sean directas o indirectas, provenientes de cualquier fuente o por cualquier razón.
Además, la disminución y desnaturalización del juicio de amparo a partir de esta reforma potencial, contraviene claramente lo dispuesto en el artículo 27.2 de la CADH, como así lo ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su opinión consultiva OC-8/87, pues al tratarse de una garantía judicial indispensable para la protección de varios derechos, su suspensión está vedada y sirve para preservar la legalidad en una sociedad democrática.
Por otra parte, es vital que la protección del interés público en casos particulares considere el reconocimiento de los factores de desigualdad, afectación y vulnerabilidad de todas las personas que integran a una sociedad, grupo o comunidad, por encima de componendas que ocultan a través de leyes, políticas públicas o “grandes proyectos de desarrollo”, intereses de poder o partidistas.
Para ilustrar lo anterior, es necesario retomar el estudio realizado por el Mecanismo de Expertos de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas sobre el impacto de la militarización en los derechos de los pueblos indígenas, en el que mostró su preocupación por el uso creciente de las fuerzas armadas en la construcción de grandes obras públicas civiles en territorios indígenas, como el Tren Maya y el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec en México, y que ha propiciado el riesgo latente de que se cometan violaciones a derechos humanos como la seguridad ciudadana y el medio ambiente.
A lo largo de los años, el mensaje pronunciado por Robert Schuman en 1935 durante el 12º Congreso de Jurisconsultos católicos celebrado en Nancy, nos invita a reflexionar que aún existe una seria crisis en la función legislativa, impotente y lesionada por los egoísmos cínicamente expuestos del poder y que atropellan flagrantemente el bien común (p.115).
Por ende, es importante fortalecer los mecanismos de defensa legal y constitucional en un Estado democrático y apartar en todo momento las influencias políticas en la judicatura, pues si la confianza en ella se dañará irreparablemente “no quedaría ya recurso posible contra la arbitrariedad, ni otra defensa contra la injusticia que la violencia y la insurrección” (p.116), añadía igualmente Robert Schuman.
Citación académica sugerida: Carreón Perea, Héctor. Independencia judicial y juicio de amparo: garantías de protección judicial. Agenda Estado de Derecho. 2024/05/22. Disponible en: https://agendaestadodederecho.com/garantias-de-proteccion-judicial/
Palabras clave: México; independencia judicial; juicio de amparo.
Es licenciado en Derecho por la Universidad La Salle (Ciudad de México), maestro en Derecho Penal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) y Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México. Investigador Nacional Nivel I ante el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (México). Es profesor a nivel posgrado en el INACIPE, la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle (Ciudad de México), la Universidad Panamericana (Campus Guadalajara) y la Universidad de San Carlos de Guatemala. Miembro de la Asociación Internacional de Fiscales y de la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología.
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Abogada colombiana, LLM en International Legal Studies por la Universidad de Georgetown y Máster en Argumentación Jurídica por la Universidad de Alicante. Es candidata a Doctora en Derecho por la Universidad de Georgetown. Actualmente se desempeña como Directora Asociada en el O'Neill Institute for National and Global Health Law y es docente en la Universidad de Georgetown y en programas de especialización y maestría en diversas universidades de América Latina. Anteriormente trabajó en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde tuvo varios cargos, principalmente como Coordinadora de la Sección de Casos a cargo de la etapa de fondo y del litigio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Es profesora ayudante e investigadora predoctoral en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Tiene un Máster en Democracia y Gobierno, y un Máster en Gobernanza y Derechos Humanos, ambos de la UAM. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Lab Grupo de Investigación en Innovación, Tecnología y Gestión Pública de la UAM. Su tesis doctoral aborda la relación entre género, tecnologías y sector público, con un especial énfasis en la Inteligencia Artificial. También ha publicado sobre innovación pública y colaboración entre administraciones públicas y ciudadanía. Formó parte del equipo editorial de Agenda Estado de Derecho desde 2020 hasta febrero de 2022.
Abogada de la Universidad de Chile y Magíster en Derecho Internacional de la Universidad de Cambridge. En el ámbito profesional, se ha desempeñado en el extranjero como asistente legal en la Corte Internacional de Justicia y consultora para la International Nuremberg Principles Academy. En Chile, ha trabajado como abogada para el Comité para la Prevención de la Tortura, y actualmente se desempeña en la División de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Asimismo, es académica de Derecho Internacional Público en la Universidad de Chile. Sus áreas de investigación incluyen el derecho internacional de los derechos humanos, la regulación de la actividad policial y su conformidad con estándares internacionales, el derecho internacional humanitario y el derecho penal internacional.
Ex Relator Especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hasta el 5 de octubre de 2020. Abogado y docente uruguayo egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República de Uruguay (Udelar). Actualmente es senior fellow en El Diálogo Interamericano (The Interamerican Dialogue) y consultor en libertades informativas de UNESCO y organizaciones de la sociedad civil. Se desempeña como Secretario de Relaciones Internacionales y Gobierno Abierto del Gobierno de Canelones (Uruguay).
Docente y conferenciasta en el campo de la libertad de expresión y el derecho a la información en prestigiosas universidades, entre ellas American University (Washington), Unam (México), Universidad Carlos III (España), Stanford (California), Universidad del Pacífico (Perú), UBA (Argentina) Universidad Diego Portales (Chile), Udelar (Uruguay) y Universidad de los Andes (Colombia). Periodista, columnista y colaborador asiduo en distintos medios de comunicación.
José Luis Caballero Ochoa es Licenciado en Derecho por el Tecnológico de Monterrey, Campus Chihuahua; Maestro en Derecho, por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España. Diplomado en derechos humanos y procesos de democratización por la Universidad de Chile. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Es académico – investigador en el Departamento de Derecho en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, del que fue su Director por seis años. Actualmente es Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas. Ha participado o participa en diversas comisiones o consejos públicos, ciudadanos y académicos en México, entre los que destacan: el Consejo de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; la Junta Directiva del Instituto Federal de la Defensoría Pública; el Comité Consultivo del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el Comité Académico y Editorial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la Comisión de Selección del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, entre otros. Docente en diversos programas académicos en materia de derecho constitucional y derechos humanos en centros de educación superior nacionales, y ponente en congresos y foros académicos especializados en México, Argentina, Brasil, Chile, Guatemala, Colombia, España, Estados Unidos y Perú. Su papel como consultor y especialista ha implicado la elaboración de proyectos de ley, dictámenes técnicos bajo la figura de amicus curiae y peritajes internacionales. Su obra publicada consiste en más de 80 capítulos de libros y artículos en revistas especializadas sobre derecho constitucional, derechos humanos y derecho internacional de los derechos humanos, así como algunos libros en estas materias.
Doctorando en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina); Master en Derecho Penal y Procesal Penal por Osgoode Hall Law School, Universidad de York (Canadá); Diplomado Latinoamericano sobre Reforma Procesal Penal por la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (Chile); Abogado con orientación en Derecho Penal por la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Actualmente es el Director de Relaciones Internacionales del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP). Durante 8 años fue el Director del Área de Capacitación del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), organismo internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), creado en 1999 por resolución de la Asamblea General de la OEA, con sede en Santiago de Chile.
Fiscal de la Procuración General de la Nación Argentina. Es abogada por la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió con diploma de honor, Especialista en derecho penal y procesal penal por la Universidad Torcuato Di Tella y Máster en Derecho por la Universidad de Georgetown. Fue becaria de la Fundación Fulbright y perita de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Es profesora de Garantías Constitucionales del Derecho Penal Sustantivo y Procesal Penal de la Universidad de Buenos Aires, de Género y Derecho Penal en la Maestría en Derecho Penal de la Universidad de San Andrés y profesora invitada en distintas universidades, de grado y posgrado. Es autora de varios artículos en publicaciones académicas sobre temáticas de género y derecho penal y de garantías constitucionales en el proceso penal.
Abogado, Magíster en Derecho y Posgrado en Derecho Constitucional y Derechos Humanos por la Universidad de Palermo. Profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Responsable del Programa para la Aplicación de Instrumentos de Derechos Humanos del Ministerio Público de la Defensa de la Nación. Integrante de la Red Latinoamericana de Académicas/os del Derecho - ALAS. Fue docente en diferentes universidades de Argentina, e investigador y docente en el Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile. Sus temas de especialización son Derecho Internacional de los Derechos Humanos, Acceso a la Justicia y No Discriminación.
Director Ejecutivo de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, contacto nacional de Transparencia Internacional en Ecuador. Abogado y máster en Dirección y Gestión Pública, así como en Acción Política, Fortalecimiento Institucional y Participación Ciudadana en el Estado de Derecho. Fue miembro suplente de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador y asesor constitucional en el Consejo de Participación Ciudadana. Fellow del Centro para la Democracia, el Desarrollo y el Estado de Derecho de la Universidad de Stanford. Consultor para organizaciones nacionales e internacionales en temas de derechos humanos, libertad de expresión, acceso a la información, participación ciudadana, transparencia y lucha contra la corrupción.
Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de la República de Uruguay, magíster en Estudios Políticos por la Universidad Metropolitana de Venezuela y licenciado en Comunicación Social por la Universidad Santa María con especialización en Gobernabilidad y Gerencia Política por la Universidad Católica Andrés Bello y The George Washington University. Autor del libro «Venezolanos en el Uruguay» (2019). Trabaja como editor de la plataforma Diálogo Político y coordinador de proyectos del Programa Regional Partidos Políticos y Democracia en América Latina de la Fundación Konrad Adenauer.
Abogado egresado de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala y con un Máster en Economía de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. En la actualidad, desempeña el cargo de Editor Asistente en el blog de la International Association of Constitutional Law (IACL) y es Director del área de Estudios Jurídicos en la Fundación Libertad y Desarrollo, un think tank basado en Ciudad de Guatemala. A nivel docente, ejerce como profesor tanto en la Universidad del Istmo como en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala. Adicionalmente, es columnista para el periódico guatemalteco La Hora. Sus principales áreas de investigación son el derecho constitucional y el derecho electoral.
Vicepresidenta de incidencia y litigio internacional del Robert F. Kennedy Human Rights. Baeyens lidera la estrategia de incidencia legal en derechos humanos de la organización, incluyendo el litigio de casos de alto impacto ante mecanismos de la ONU y sistemas regionales de protección, en temáticas relacionadas con la protección del espacio cívico y la lucha contra la discriminación, violencia e impunidad. Previamente se desempeñó como oficial de asuntos políticos en la ONU y como oficial de derechos humanos en la CIDH, donde también coordinó la Relatoría sobre personas defensoras. Es profesora adjunta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Georgetown. Recibió su título de abogada de la Universidad de Ibagué, Colombia, y su LL.M en derecho internacional de los derechos humanos de la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos.
Juez electo de la Corte Internacional de Justicia, además de profesor y director del Departamento de Derecho Público de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y fundador del Centro de Derecho Internacional (CEDIN) y del Anuario Brasileño de Derecho Internacional. Tiene un máster de la UFMG y un doctorado de la Universidad París X Nanterre, y ha trabajado como jurista adjunto en el CIJ. Ha sido profesor visitante en el Institut des Hautes Études Internationales de la Université Panthéon-Assas Paris II, la Université Caen Basse-Normandie, la Université Paris-Ouest Nanterre la Défence y el Centro Lauterpacht de Derecho Internacional (Universidad de Cambridge, Reino Unido).
Abogado venezolano, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. LL.M. en derecho internacional de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, y Magíster en políticas públicas de la Universidad de los Andes, en Colombia. Actualmente se desempeña como asesor legal senior del Centro de Derechos Reproductivos y docente de la Universidad de los Andes. Fue abogado de la Secretaría de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Directora Ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF por sus siglas en inglés) organización regional dedicada a promover el Estado de derecho y los derechos humanos en América Latina. Antes de unirse a DPLF, fue Coordinadora Adjunta de la Unidad de Investigaciones Especiales de la Comisión de la Verdad de Perú, a cargo de la investigación de graves violaciones de derechos humanos ocurridas durante el conflicto armado interno en ese país. Previamente trabajó en la Adjuntía para los Derechos Humanos de la Defensoria del Pueblo de Perú y formó parte del equipo legal de la Coalición Contra la Impunidad (Alemania) que promovió el procesamiento penal en ese país de militares argentinos responsables de la desaparición de ciudadanos alemanes durante la dictadura argentina. Katya realizó sus estudios de derecho en la Pontifica Universidad Católica del Perú y de maestría en derecho internacional público en la Universidad de Heidelberg, Alemania.
Experto afiliado al Constitution Transformation Network de la Universidad de Melbourne e investigador asociado de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. Doctor en Derecho por la Escuela de Derecho de la Universidad de Melbourne y una Maestria en Derecho Público e Internacional en esa misma casa de estudios, y una Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar. Tiene experiencia en gobierno, especificamente en negociacion de tratados y convenciones, litigio en instancias internacionales e implementacion de instrumentos en materia de derechos humanos, y como consultor para organismos financieros internacionales.
Candidato a doctor por la Facultad de Derecho de la Universidad de Ottawa (Canadá). Director de la Clínica de Derechos Humanos del Centro de Investigación y Enseñanza en Derechos Humanos (HRREC) y profesor de la Sección de Derecho Civil de la Universidad de Ottawa. Anteriormente trabajó en la Comisión Andina de Juristas, el Tribunal Constitucional y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos del Perú. Sus áreas de investigación son el Sistema Interamericano, Empresas y Derechos Humanos, Derecho Penal Internacional, TWAIL y libertad académica. Integrante del Grupo de Estudios Latinoamericano sobre Derecho Penal Internacional de la Fundación Konrad Adenauer.
Es abogada por la Universidad San Francisco de Quito, y tiene un LL.M. por el Washington College of Law de American University, con enfoque en Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Es candidata para el título de Doctora en Derecho por la Universidad Externado de Colombia. Ha trabajado como especialista en la Relatoría Especial para la Libre Expresión de la CIDH, Fundamedios y la Dirección Nacional de DDHH en Ecuador. Actualmente, es Directora del Observatorio de Derechos y Justicia de Ecuador, docente en la Universidad Internacional del Ecuador, y socia fundadora de Gentium Law Consultores.
Abogada costarricense, Máster en Derecho Internacional y Resolución de Conflictos por la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas. Actualmente se desempeña como Directora Legal para América Latina en Women’s Link Worldwide, desde donde ejerce como estratega legal, líder de iniciativa y abogada litigante, con una gran responsabilidad para diseñar y liderar complejos proyectos legales, asimismo, es docente en la Universidad para la Paz, y en diversas universidades de Costa Rica. Anteriormente trabajó en el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) como Directora del Programa para Centroamérica y México, en la Secretaría General de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y como consultora internacional. Marcia se especializa en el litigio estratégico con enfoque de género e interseccional.
Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Especialista en Derecho Constitucional por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y en Derecho Constitucional y Ciencia Política por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Madrid). Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Guerrero (México). Es Investigador Nacional nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT, México). En representación de México es miembro del Grupo de Justicia Constitucional y Derechos Fundamentales del Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Fundación Konrad Adenauer.